La primera biógrafa de la fundadora Elmina Paz, la hermana Tomasa Alberti, se refería a la educación recibida por esta mujer de la elite a mediados del siglo XIX y afirmaba que: “sus padres que se preocuparon siempre por la formación moral e intelectual de sus hijos, pusieron a esta niña privilegiada, una maestra, la Srta Ercilia del Corro, la que conjuntamente con su dignísima madre, doña Trinidad Castro de del Corro dirigíanla, inculcando y vigorizando en esta tierna planta, los más sólidos conocimientos de nuestra santa religión; a lo que ella correspondía con decisión, fortaleciendo su alma con esta savia divina” Esta referencia a la maestra del Corro y la tarea materna en la formación “moral e intelectual” nos remite a la situación de la educación en la provincia de Tucumán amediados del siglo XIX.
En "Del tiempo viejo, el doctor Luis F. Aráoz (1844-1925) recuerda que la escuela de primeras letras "más famosa" de Tucumán en la década de 1850, era la de doña Trinidad Castro de Del Corro. Era mixta, y allí Aráoz conoció "a casi todas las matronas, abuelas hoy, que figuran en nuestra sociedad. Se pagaba cuatro reales por mes por alumno y no había otra penitencia que la de retener al que no sabía lalección hasta que la aprendiese. La directora (esposa de don José Toribio del Corro, que fue diputado y secretario de la Sala de Representantes) enseñaba personalmente, y la secundaban sus hijas Gertrudis, Ercilia y Fidelia. Su hijo, Zenón del Corro, también trabajaba en la escuela.
El plan de estudios consistía en "conocer el abecedario, leer el Catón de la Doctrina y después en manuscritos (se prefería cartas de familia); El establecimiento funcionaba en la calle 25 de Mayo al 200, vereda del naciente, en la casa de la familia Mariño". Hacia el norte y hasta la esquina Córdoba solamenteexistían en esa época sitios baldíos.
Apunta el doctor Aráoz que mucho le debe Tucumán a esta noble y benefactora señora, que falleció por los años 1874-1876, más o menos" (en realidad, su muerte ocurrió repentinamente el 26 de febrero de 1877, a los 80 años). Expresa que "la
Municipalidad, por todo homenaje, concedió gratis el terreno en el Cementerio para su sepultura; pero nosotros creemos que podría recordársela inscribiendo su nombre en algunas escuelas de la ciudad, así como se hace con algunas personalidades que no han prestado servicios a la instrucción pública. Ella, que contribuyó tan modesta como eficazmente a la enseñanza y moralidad de los principales niños de ambos sexos en aquella época de ignorancia, bien merece el recuerdo de su nombre en una de las escuelas
Fuente: Paez de la Torre (h)
No hay comentarios:
Publicar un comentario